Texto en Movimiento

miércoles, 21 de noviembre de 2018


Propósito


“El verdadero guerrero siempre cuenta con tres armas: la radiante espada de la pacificación; el espejo de la valentía, la amistad y la sabiduría; así como la piedra preciosa de la iluminación.”
                                                                                                    OSensei Morihei Ueshiba


Es muy válido preguntarse cuántos practicantes ven a su dojo como el lugar donde van a purificarse y a mejorar su persona, o solamente van a “aprender técnicas para defenderse “ o bien, para “enfrentar mejor una agresión”. Las razones pueden ser múltiples y todas merecen respeto, sin embargo, el sendero del aikido como budo, está orientado en desterrar de sí las conductas que le impiden vivir en paz y encontrar la realización personal, la técnica no es un fin en sí misma, si no la herramienta para lograrlo.

Que su presencia en el tatami siempre le permita ser un poco más felíz al liberarse de la negatividad y la desarmonía.



lunes, 1 de octubre de 2018

Lección


Que este nuevo mes traiga satisfacción y alegría por los logros que alcance.



miércoles, 26 de septiembre de 2018


¿Qué desea obtener de practicar Aikido?



Multitud de respuestas puede uno escuchar a la hora de que una persona se acerca a un dojo, entre las más sonadas está el querer aprender un arte marcial sin violencia y en ésta respuesta deseo centrarme.

Para cualquier persona sin una suficiente experiencia dentro de las artes marciales sonaría raro, fuera de lugar o contradictorio, pues las mayorías al “meterse” a aprender una, sólo piensan en obtener técnicas que les hagan “fuertes y ágiles para pelear”.

Sin embargo, la finalidad de un arte de defensa ortodoxo se centra en evitar el enfrentamiento físico y solucionar cualquier conflicto sin necesidad de los puños.

El practicante avanzado, sabe desde su corazón que sólo en un verdadero caso de peligro sus conocimientos deben ser aplicados.

El aikido es un arte marcial sí, pero su contexto de fondo no será la mente violenta ni la búsqueda ególatra de la superioridad física sobre otros. Aprender a defenderse sin ser partidario del descontrol, la ira, y el abuso, forma parte de una instrucción acorde a los principios y objetivos que deseaba el fundador.

Nada deja ser una persona agresiva y poco prudente, pues violencia llama a violencia, y ésta a la desgracia, la incivilidad y nos aleja por completo de una vida pacífica y fructífera.

Que el esfuerzo por vencer a la violencia de cualquier índole forme parte de sus objetivos de práctica.

Sensei

martes, 11 de septiembre de 2018

Valentía

Resultado de imagen para frases de samurai


Uno de los preceptos de la filosofía de oriente es: Renuncia a todo mal.

Se requiere de valor e integridad, así como de una verdadera fortaleza de espíritu para hacerlo.

Desgraciadamente, no todos están dispuestos o si quiera se atreven.

Vivimos sumergidos en una sociedad donde la mentira, la falsedad, la vanidad, la codicia, el interés individual, el materialismo enfermo, y la necesidad de "sentirse superiores" son la directriz de la mayoría.

El mundo decadente e inseguro es el fruto de esa clase de vida.

Practique el arte de la paz  y apártese de una existencia efímera y carente de esencia de espíritu, de unidad y amor que deseaba el fundador a todos los que seguían el sendero, pues eso los hace más humanos y budokas.

Sensei







jueves, 25 de enero de 2018

Eficacia vs Estética

                                    Resultado de imagen para Chiba Sensei Aikido


Mucho se habla sobre si el aikido es eficaz a la hora de enfrentar una situación real fuera del contexto de la práctica en un dojo. Cada vez que se toca el tema de las artes marciales, la primera impresión que tiene la mayoría de la gente es la de vencer a uno o más oponentes con relativa facilidad y mostrando, una superioridad de fortaleza y contundencia que no deje dudas de quién es el vencedor y quién el vencido. 

Cuando la técnica es "eficaz" y "arrolladora" a la vista del espectador, y dejando tras de sí rastros de sangre y daños, de los cuáles es difícil levantarse, la referencia inmediata de "lo bueno" que es el ejecutante y su "estilo", queda impregnado en la mente del espectador, quien a su "juicio" es todo un "guerrero marcial" digno de ser "reconocido" o calificado de "verdadero artista marcial".

No hay nada más equivocado que esa impresión y ese "juicio".


La práctica genuina y seria de cualquier arte, va mucho más allá de desarrollarse solamente en el aspecto físico, siendo el objetivo si fuera de esa manera, muy poco trascendente y enriquecedor de la vida del practicante, así como del observante, pues uno da una imagen errónea y violenta, y el otro recibe una mala impresión y ejemplo de lo que en verdad debe ser la práctica de un arte marcial ortodoxo. 


La naturaleza del aikido como expresión marcial es controlar la situación sin envolverse en la mentalidad destructiva y violenta. El arduo camino que un practicante serio sigue, es para que tenga la capacidad de no perderse en el momento de cualquier tipo de confrontación, sea física, psicológica o emocional. Es alcanzar la habilidad de resolver cualquier problema de manera armónica y eficaz, sin que en su ser domine y prevalezca la idea banal y ególatra de  vencer y sentirse superior a los demás.


Entrenamos para no llegar a tener que emplearlo, pero si es inevitable, hacerlo de manera contundente. Solamente entrenando cada día con la conciencia de "situación real" podemos mantener una mente y respuesta afín a enfrentar una situación real.


La eficacia de la técnica depende del esfuerzo físico y mental, de la calidad de la instrucción, del entendimiento y expresión marcial de defensa correctas, así, como el tiempo empleado en desarrollarla para que sea parte de nuestro subconsciente, pues éste último es el que responderá en el momento ya sea de manera eficaz o ineficaz.


La eficacia del arte del aikido no es que tan bonito se ve la "ejecución" o la "caída", si no en la expresión que combina naturalidad, armonía y balance de ejecución, control del ataque del oponente, ya sea inmovilizando o proyectándolo de manera que podamos sentirlo como tal y no cómo una "cooperación" automática del uke.


La eficacia  nace del entrenamiento correcto de la mente y no sólo del cuerpo.  

Seguir el sendero de una práctica basada en "la forma" y en la mentalidad "pacifista" sin querer causar "ninguna incomodidad" al uke, con el pretexto de que el aikido en sí es una arte "suave", solo es engañarse a sí mismos, y el resultado de enfrentar una situación real será desastroso y decepcionante, en el mejor de los casos.

La práctica debe ser ardua, siguiendo el sendero original del arte de la defensa, donde el dolor genuino y que fortalece el cuerpo, pero más al espíritu, se haga presente cada día. Considero que hay que darle más importancia a los atemis y prácticas que se apeguen a situaciones de confrontación y no a programas técnicos para obtener "grados".


Es importante la forma sí, pero sin caer en lo blando y débil. Triste es ver muchas "ejecuciones" que son más coreografías que verdaderas aplicaciones de genuina defensa.


Practicar así, no será suficiente para responder eficazmente en la calle.



Que su práctica sea grata y le haga felíz.


Sensei

Paginación