El síndrome del cinturón negro
Por Stefan Schöder.
El llamado “síndrome del cinturón negro” sólo se usa como una referencia para describir la conducta de ó, a los que les otorgaron el cinturón negro recientemente y que han cambiado su comportamiento de manera negativa.
Lograr el Shodan (primer dan) puede ser atractivo, pero en realidad sólo es el comienzo. En algunas escuelas se permite a los Shodan trabajar con los Sensei e incluso con los Shihan durante seminarios, mientras que los estudiantes Kyu son ligeramente ignorados.
Se sostiene que las artes marciales construyen el carácter del individuo, sin embargo hay algunas personas que después de recibir este rango, cambian su actitud hacia sus pares, inferiores y superiores en la disciplina de manera nada respetuosa.
Parece que estas personas no entienden (ó no quisieron entender) que esos años de entrenamiento sólo les permitieron dar “el primer paso” (Shodan) algo que ellos tomaron como su meta primaria. Y en cuanto lo alcanzan creen que saben todo y, encima, bien.
Ser cinturón negro también lleva una cantidad real de responsabilidades que no ocurre con los Kyu. Durante esos años previos al Shodan se adquirieron muchas ideas acerca de cómo llevar un entrenamiento, cómo hacer ciertas técnicas, qué hacer durante la entrada en calor, y de repente, obtienen el Shodan y se consideran lo bastante hábiles para imponer este conocimiento a todos los que les rodean sin mostrar ningún reparo.
Tienden a olvidar que siendo cinturón negro tienen mucho aún por hacer y siempre mostrando respeto y dignidad. Ví más de un caso donde aquellos que, padeciendo este síndrome, dejaron a sus Sensei después de que lograron su Shodan, por que se sentían muy capaces y no reconocían ni respetaban a sus Sensei. No podían aceptar el hecho de que sus maestros no cambiarían su trato hacia ellos, de no verlos como pares, si no como lo que son y serán: sus estudiantes.
Tienden a olvidar que siendo cinturón negro tienen mucho aún por hacer y siempre mostrando respeto y dignidad. Ví más de un caso donde aquellos que, padeciendo este síndrome, dejaron a sus Sensei después de que lograron su Shodan, por que se sentían muy capaces y no reconocían ni respetaban a sus Sensei. No podían aceptar el hecho de que sus maestros no cambiarían su trato hacia ellos, de no verlos como pares, si no como lo que son y serán: sus estudiantes.
En mi opinión ésta puede ser una consecuencia de la tendencia a promover de graduación, principalmente basado en las consideraciones técnicas, por que esto puede ser observado fácilmente por cualquier examinador.
Tengo la sospecha de que estas personas hasta cierto punto están fingiendo lealtad para obtener una graduación y tener un trato preferencial. Y al ver suprimidas SUS verdaderas intenciones agregan una gran dosis de tensión y resentimiento cuando lo esperado (imaginado) por ellos no llega.
Buen artículo, desgraciadamente una realidad en el Aikido.
Siempre habrá gente que busque el camino fácil y que por deseos de reconocimiento, dinero, ego y debilidad, traicione los ideales del Budo
Sensei
Buen artículo, desgraciadamente una realidad en el Aikido.
Siempre habrá gente que busque el camino fácil y que por deseos de reconocimiento, dinero, ego y debilidad, traicione los ideales del Budo
Sensei
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