Texto en Movimiento

jueves, 15 de marzo de 2012

Intención



La intención define los actos. El practicar obedece a un deseo personal , pero en el sendero del Budo y del Aikido, deben ser deseos con una conciencia armónica, cortés y provechosa.

Una práctica intensa es buena, pero debe estar enmarcada por la cortesía y el desarrollo genuino; por una actitud y disponibilidad que permita continuar sin distraer las emociones y desviarse del refinamiento y depuración técnica.

Debe evitarse caer en las confrontaciones, calcular e impedir conscientemente los movimientos, rompe el ciclo de aprendizaje y formación, pues se da paso al competir.

El desequilibrio interno y/o externo bloquea, evita la fluidez y desvía del propósito. Detiene en lugar de avanzar.

Cuando se canaliza hacia lo constructivo deja de ser destructivo, a la humildad, deja de ser altivo, a la protección, deja de ser opresor, hacia el orden, deja el desorden.

La mente del practicante es la que debe ser alcanzada y transformada hacia el sendero que le enseñe a cómo purificar todo aquello que le impide crecer, sentirse en paz y, en control de sí mismo.
Recordemos mencionar con autenticidad y genuino deseo la fráse: ¡Onegaishimasu!

Sensei

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