Texto en Movimiento

jueves, 17 de octubre de 2013

"Patodan"

"No hay peor engaño que mentirse a sí mismo"



Me hacen llegar un video sobre dos individuos que intentan demostrarse a sí mismos las "debilidades" de sus "artes". Para variar, existen sujetos que se visten con una hakama y creen que por el simple hecho de traerla puesta después de un "tiempo suficiente" su ego les juega una mala pasada.

El otro personaje es un judoka, que por mutuo acuerdo se muestran de manera tranquila algunas respuestas a ciertos agarres. Mi deseo no es hacer extensivo el vergonzoso, bochornoso e indigno momento por el que pasó el susodicho de la hakama, tras su evidente falta de serio entrenamiento y entendimiento básico siquiera de un correcto taisabaki.

El judoka hizo tranquilamente lo que se le ha enseñado, después de agarrar el gi, buscar el punto débil en el equilibrio del oponente (kuzushi), y aprovecharlo para proyectarle.A pesar de ser un encuentro por lo que se ve "amistoso", el practicante de "aikido" no hizo nada, sólo una breve entrada que dejó ver sus malos hábitos de Renshu.

Fué extremadamente claro el nulo conocimiento de saber que hacer ante una circunstancia variante por parte del abochornado y proyectado mcpracticante. Es razonable el por qué después de ver a esos pobres sujetos, muchas personas duden de la eficacia del arte.

Es muy importante el practicar con un genuino instructor y sobre todo, hacerlo no perdiendo de vista jamás, que el Aikido genuino es un arte marcial y debe entrenarse como tal, no una coreografía hueca y vacilante.

Momentos como esos, nos dicen que el lugar y la persona que le "enseño Aikido"al individuo del video, deja bastante que desear, también, el duro despertar del autoengaño que se hacen muchos de esos grados "patodan".

Ese es el resultado de los mcdojos y de organizaciones "reguladas" que estafan con tantos "seminarios" y no les importa el nivel técnico y depurado del arte de los practicantes, si no sólo los múltiples beneficios que obtienen de sus "eventos".Triste para aquellos incrédulos que se han dejado tomar el pelo, pues les hicieron creer que "ya era tiempo" y al ponerse su "hakama" ya son "alguien" en el arte, pero todo cambia al dar las doce, pues su sueño de cenicienta se les acaba.

Buena práctica

Sensei




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